¿Cómo se puede higienizar un lugar de trabajo?

Según la Mutua Asepeyo, la aparición del SARS COV 2 obliga a reconsiderar todos aquellos aspectos relacionados con las condiciones de higiene y limpieza en los ambientes de trabajo que se realizan en interiores para incrementar el nivel de desinfección. En este artículo se plantean aquellos aspectos necesarios a considerar sobre técnicas para la higienización de aire y superficies con el objetivo de mejorar los niveles de limpieza en espacios compartidos.

Una consideración general que se debe hacer para cualquiera de estas técnicas, será que no incrementen el riesgo ni para el público general ni para los trabajadores implicados en su aplicación, tampoco para el medio ambiente.

Desinfección de personas

No existe una técnica purificadora que pueda aplicarse en túneles desinfectantes de personas y que garanticen de forma inocua que no se introducen virus en su ropa o su piel.  Es un tema que ha sido expresamente vetado por el ministerio de sanidad.  En este sentido se ha de optar por técnicas convencionales de lavado de ropa, procedimientos de cambio de ropa de trabajo e higiene personal como opción a seguir.

En todo caso cualquier sustancia que se aplique a las personas ha de estar clasificado como PT1 (virucida aplicado a la higiene humana), de acuerdo a la normativa correspondientes.

Limpieza de aire y de superficies

Desinfección con productos químicos, aplicados a superficies, objetos.

Siempre se ha de aplicar un producto autorizado por el ministerio de sanidad y figurar en el correspondiente registro con la clasificación PT2.

Es importante considerar todas aquellas superficies accesibles a contacto del público con sus manos u otras partes del cuerpo y que pueden luego ser puntos de origen de contagio.

La limpieza de superficies se puede considerar a dos niveles:

-Con productos que se permiten para uso de público en general como el jabón, solución alcohólica, lejía…

-Con productos usados por usados por profesionales. Su manipulación o uso requiere unas condiciones especiales y que ha de ser llevada a cabo por profesionales especializados y cuya actividad queda recogida en normativa específica.

Ozono. La técnica se basa en un equipo que genera una concentración elevada de ozono en un recinto. Existe una certeza de que una concentración apropiada de gas en un recinto elimina el virus en el aire respirable y en las superficies que pudieran entrar en contacto con personas. No se puede usar sobre las personas. Dadas las condiciones de toxicidad de la sustancia y los riesgos conocidos para las personas que entran en contacto o respiran concentraciones significativas de ozono, se ha de seguir medidas de seguridad precisas si se opta por su utilización.

Su uso como virucida no está expresamente autorizado de acuerdo a lo que se requiere para una sustancia en este tipo de usos y no se han verificado efectivamente la seguridad y las condiciones de aplicación para este tipo de usos.Sin embargo está en trámite esta autorización y no está vetado su uso. En esas condiciones se plantea su posible utilización. Así se ha de tener en cuenta que el etiquetado y normas de uso no han pasado este criterio y por tanto dependerá del rigor de la empresa fabricante o distribuidora disponer de dicho requisito en condiciones.

Ultravioleta. Es una técnica consistente en inactivar microorganismos sobre los que incide una radiación ultravioleta con capacidad para eliminar agentes biológicos. Existe una gran certeza en la forma de actuación de este principio de higienización sobre superficies sobre las que incide directamente, también sobre los objetos.Numerosos estudios científicos establecen la eficacia del sistema, se cuenta con documentación suficiente y también sobre los mecanismos y sistemas de inactivación de virus similares al SARS COV 2. Un haz de ultravioleta también higieniza el aire sobre el que se transmite.

Factores críticos de aplicación es garantizar que se aplica un tiempo suficiente para la desactivación del virus, que el tipo de luz es el apropiado (potencia y longitud de onda), y que allá donde no incida el haz de luz no va a quedar inactivado el virus.  Se va a utilizar ultravioleta de tipo C que es la más nociva para piel u ojos y por tanto se ha de cuidar especialmente que no pueda incidir sobre dichos órganos sin que queden cubiertos. Incidir el haz directo sobre las personas es un riesgo inaceptable, pero también se ha de considerar que la luz se refleja en las superficies y que dicha luz reflejada también ha de ser prevista a la hora de aplicar la radiación con seguridad.

 Plasma frío e ionizadores. Es una técnica menos conocida en su uso con la finalidad de higienizar espacios de trabajo. Se ha trabajado con la técnica ampliamente aplicada sobre alimentos y se conoce bien la técnica para eliminar microorganismos. El plasma frío puede ser una técnica con un buen rendimiento energético y con buenos resultados. Especialmente activos pueden ser los iones hidroxilos asociados al plasma frio que tienen una acción oxidante que elimina los microorganismos. Para su uso en recintos grandes se deberá tener información ajustada y justificación técnica que garantice que el sistema es capaz de cumplir la función prevista. En este sentido hay que tener en cuenta la menor información científica disponible para avalar dicho dato y sería necesario mecanismos de análisis que validen el sistema.

Debemos decidir que técnica se puede aplicar, valorar la efectividad el tipo de recinto, el consumo energético del sistema y los riesgos que pueda añadir.

También hay que tener en cuenta el tipo de recintos, cantidad y tipología de gente que accede, la sensibilidad de los trabajadores a alguno de los agentes aplicados, si ha de haber muchas renovaciones de aire. Contra mayor necesidad de re-circulación de aire mayor ha de ser la actividad de la higienización del aire prevista.

-Información rescatada de la publicación del 6 de mayo de 2020 de MUTUA ASEPEYO-.